¡Ay, ay, ay! ¿Qué tenemos aquí? ¡Una película de drama y tensión en una isla de la costa oeste de Irlanda! Pero no te preocupes, amiguito, ¡yo te lo cuento con un toque de humor y facilidad!
Así que, imagínate a dos amigos de toda la vida, Padraic (interpretado por el guapetón de Colin Farrell) y Colm (interpretado por el grandote de Brendan Gleeson), que se encuentran en un aprieto cuando Colm decide que ya no quiere ser amigo de Padraic. ¿Qué onda, mi pana? Pero no te preocupes, porque Padraic no se rinde tan fácilmente y con la ayuda de su hermana Siobhan (Kerry Condon) y un joven problemático llamado Dominic (Barry Keoghan), intenta arreglar las cosas con su viejo amigo. ¡Ay, qué valiente!
Pero espera, espera, espera. ¿Qué sucede cuando Padraic no toma un «no» por respuesta? ¡Exacto! Las cosas se ponen cada vez más intensas y la tensión aumenta más rápido que la cuenta de tu tarjeta de crédito en una noche de fiesta. Y cuando Colm le pone un ultimátum a Padraic, ¡agarren sus palomitas de maíz, porque aquí viene lo impactante!
En resumen, The Banshees of Inisherin es una película que te mantendrá pegado a la pantalla mientras te ríes ante lo grotesco, tiemblas y sientes que estás en una montaña rusa (en este caso irlandesa) emocional en una isla de la costa oeste de Irlanda. ¡Ay, caramba! PD: Las cervezas tienen que estar riquísimas.
Me ha parecido una película en general extraña. Las actuaciones es sin duda uno de los puntos fuertes con un Colin Farrell que últimamente no deja de sorprender y su nominación a los Oscars del 2023 lo ensalzan.
Barry Keoghan como Dominic Kearney es encandilador y entrañable en cada escena, Brendan Gleeson interpretando a Colm Doherty muestra una forma diferente de ser entre amable y arisco, lo catalogaremos como «amabisco». Y qué pena da cada vez que sale de escena Kerry Condon, sabes que cuando aparece va a decir lo que piensa el espectador y en parte siento que es la representación del espectador en pantalla, o eso es lo que creo que Martin McDonagh quería transmitir.